Contracciones, cómo reconocer las "verdaderas" del parto
Las contracciones uterinas pueden producirse ya durante el embarazo. A veces son fisiológicas: Indican que el útero se está preparando para dar a luz. Son completamente normales, no causan un dolor particular, sino sólo una sensación de endurecimiento del vientre. Y, sobre todo, son irregulares: Puedes sentir uno y dejar de sentirlo durante todo el día, o sentir varios pero sólo de vez en cuando.
Se conocen como contracciones de Braxton-Hicks y pueden producirse entre el sexto y el séptimo mes de embarazo, a veces incluso antes. Indícaselo a tu ginecólogo, pero como hemos dicho es un fenómeno que no debe preocuparte (a no ser que estén muy juntos).
He aquí, pues, la primera característica de las contracciones "reales", las que indican que el parto podría estar cerca: La regularidad. A medida que pasa el tiempo, estas contracciones son más seguidas, en intervalos de tiempo siempre iguales: Cada 10 minutos, por ejemplo, luego cada 6, 5, 3.
Una de las preguntas que rondan por la cabeza de toda futura madre es: ¿Qué tipo de dolor siente? ¿Conoces los dolores menstruales? Las contracciones recuerdan mucho a ellas, pero son más intensas (y algunas de vosotras ya os habréis desmayado ante la sola idea...). Pueden comenzar en la parte baja del abdomen e irradiar hacia la espalda, o viceversa: Puede sentir el dolor primero desde la espalda y luego "abrazar" la parte delantera.
La contracción comienza débilmente, luego alcanza un pico alto y finalmente se desvanece hasta desaparecer.
¿Cuánto puede durar? Unos pocos segundos al principio, pero luego aumenta a 40-60 segundos en las fases finales del parto.
Las contracciones también pueden percibirse desde el exterior: Si pones la mano sobre el bulto, sentirás que se endurece a medida que aumenta la sensación de dolor. En cuanto termina la contracción, el abdomen se ablanda de nuevo.
Si las contracciones son las del parto no pasarán fácilmente: Prueba con una ducha o un baño caliente. Si el dolor sigue ahí, es posible que esté ahí.
Lo mismo ocurre con los medicamentos antiespásticos: No sirven prácticamente para nada. Y ni siquiera si cambias de posición disminuirá el dolor.
Aparte de las contracciones, El parto puede ser inminente si hay fugas (de moco -el famoso tapón- o de sangre) o si se rompen las membranas. Antes de correr al hospital, llama por teléfono al ginecólogo o a la matrona.
En algunos casos, las contracciones pueden producirse durante el primer periodo del embarazo y esto no es bueno. A veces se trata simplemente de que el útero se asienta después de la implantación del embrión, otras veces puede ser una señal de amenaza de aborto, especialmente si tienes pérdidas al mismo tiempo.
En caso de contracciones tempranas, puede ser necesario que permanezca en reposo y que tome progesterona (en óvulos o inyecciones). Para contrarrestar las contracciones, el también puede ser muy útil porque es capaz de modular el tono muscular.
Un suministro adecuado de magnesio ayuda a que el útero se relaje y así se evita el peligro de un parto prematuro. Elija un producto moderno a base de citrato: El cuerpo absorberá el magnesio mucho más rápido y mejor.