Las mejores cunas de viaje de 2022

Tener hijos no significa necesariamente que haya que dejar de viajar: Los padres de hoy pueden contar con una amplia gama de productos que les permiten ir de aventuras con sus hijos a cuestas con total seguridad y comodidad. Uno de estos productos es, sin duda, la cuna de viaje, también conocida como cuna de camping, una herramienta indispensable para quienes quieren garantizar a sus pequeños un lugar seguro y estable para dormir en prácticamente todas las condiciones.
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Factores decisivos a la hora de elegir una cuna de viaje

La cuna de viaje es también un valioso aliado cuando los niños tienen que pasar un tiempo fuera de casa, por ejemplo por los abuelos o los amigos, ya que no siempre, en estos casos, se dispone de cunas o camas propias. Sin embargo, dada la variedad de modelos que existen actualmente en el mercado, puede ser útil analizar todos los elementos a los que hay que prestar atención antes de comprar una cuna de viaje, para estar seguro de hacer la elección más adecuada según sus necesidades y su estilo de vida.

Estructura

En primer lugar, hay que destacar que no todas las cunas de viaje disponibles en el mercado se caracterizan por tener la misma forma y dimensiones. La estructura es, por tanto, uno de los principales elementos que hay que valorar adecuadamente cuando queremos elegir una cuna que responda a nuestras necesidades específicas, sobre todo en función del uso que se le vaya a dar al producto y de la edad del niño.

Los modelos más comunes se distinguen por la clásica forma de paralelepípedo, muy similar a la del corralito; Luego hay cunas de viaje más innovadoras y originales, cuya estructura se asemeja a la de una tienda de campaña, u otras en forma de cuna, diseñadas específicamente para niños de pocos meses.

En general, los modelos más esenciales, capaces de abrirse y cerrarse fácilmente para estar inmediatamente disponibles, son los más adecuados para los padres que buscan una cuna para ser utilizada principalmente en vacaciones o durante viajes largos, las camas más sofisticadas y con muchos accesorios son ideales para aquellos que tienen la intención de utilizarla con más frecuencia, queriendo en casa, y por lo tanto no exclusivamente para los viajes.

Por lo tanto, el tamaño de la cuna, tanto abierta como cerrada, debe verificarse adecuadamente. Sólo así podremos estar seguros de haber elegido un modelo que no sólo tenga las dimensiones adecuadas para el espacio disponible en el hogar, sino que también pueda caber cómodamente en el maletero del coche.

La estructura de las cunas de viaje que encontramos hoy en día en el mercado también varía en función de la edad del niño para la que han sido diseñadas. Así que tenemos camas que sólo son adecuadas para los primeros meses de vida o camas que, en cambio, pueden utilizarse hasta que llegue el momento, para nuestros hijos, de pasar a una cama de verdad.

La capacidad de movimiento de los niños de pocos meses es, de hecho, muy limitada, por lo que incluso una cama ligera, con una estructura relativamente menos robusta, puede ser suficiente, pero con el desarrollo, sin embargo, aumenta el deseo de descubrimiento y el deseo de autonomía y los niños se vuelven cada vez más animados: Para los niños mayores se necesitará, por tanto, una cama más sólida, cuya estructura evite cualquier riesgo de vuelco peligroso.

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Por lo tanto, antes de elegir el modelo más adecuado, es necesario prestar atención a la capacidad garantizada por el fabricante y al peso que la cuna es realmente capaz de soportar. Si es necesario, para evitar gastar el doble, puedes optar desde el principio por un modelo que soporte hasta 15/2o kg, y que por tanto pueda acoger a niños de hasta dos o tres años.

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Practicidad de uso y mantenimiento

Como con todos los productos dedicados a los niños, en el caso de la cuna de viaje no debemos subestimar la comodidad de uso y el tiempo necesario para su mantenimiento. En este caso concreto, pues, la practicidad representa un elemento esencial, ya que las cunas de viaje están diseñadas específicamente para ser utilizadas en cualquier lugar y, en consecuencia, son fácilmente transportables.

Lo primero que debemos asegurarnos es que la cuna se pueda abrir y plegar sin demasiado esfuerzo, ya que hay que desmontarla y volverla a montar cada vez que se lleva, y que no sea demasiado pesada, para poder transportarla sin dificultad. Por lo tanto, los procedimientos de apertura y cierre deben ser sencillos y funcionales, y lo ideal es que estén bien ilustrados con instrucciones de montaje claras y comprensibles.

Otro elemento fundamental a tener en cuenta a la hora de analizar la practicidad del uso de una cuna de viaje es su peso. Cuando se viaja con niños pequeños, son muchas las cosas que hay que llevar: No sólo la cuna, sino también bolsas, cochecitos y, posiblemente, portabebés u otro equipaje.

Por lo tanto, un modelo muy pesado no es recomendable para aquellos que planean viajar a menudo y durante mucho tiempo. La mayoría de las cunas de viaje pesan unos 11 kg, pero también hay modelos más ligeros, de casi 8 kg, y otros más pesados, de hasta 14 o 15 kg. Una vez más, por tanto, la elección depende totalmente de sus necesidades y su estilo de vida.

Por último, cuando se trata de niños pequeños, no podemos descuidar la facilidad de lavado de un producto. Un requisito muy importante a la hora de elegir una cuna de viaje es, por tanto, la facilidad de limpieza de la propia cuna. Por este motivo, le aconsejamos que compruebe siempre que el modelo está equipado con un manual que contiene instrucciones detalladas y específicas sobre el método de lavado más adecuado.

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Seguridad

Una buena cuna de viaje no sólo debe ser fácilmente transportable, sino que al mismo tiempo debe tener una estructura sólida y resistente, fabricada con materiales duraderos y de calidad.

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En primer lugar, es esencial que la cuna sea estable. Los fabricantes más fiables facilitan en la ficha del producto los resultados de las pruebas de estabilidad frontal y lateral, gracias a las cuales podemos estar seguros de que la cuna no volcará aunque los niños mayores se muevan mucho o intenten salir.

Otra medida de seguridad muy importante es el borde de la cuna, que debe ser a prueba de mordiscos. Así, en cuanto tengan sus primeros dientes, los niños podrán morder la tapicería sin correr el riesgo de romperla o tragarla. En este sentido, asegúrate de que las plantillas de PVC estén absolutamente libres de ftalatos, sustancias químicas tóxicas y muy peligrosas para la salud de los niños.

Sin embargo, las mejores cunas de viaje suelen contar con una certificación de calidad y seguridad reconocida a nivel europeo, si no incluso internacional, que atestigua que los materiales y el producto final están probados higiénica, cualitativa y dinámicamente.

Confort

Además de las características básicas ya mencionadas, puede ser conveniente elegir una cuna de viaje que cuente también con algunos accesorios extra, gracias a los cuales será posible garantizar el máximo confort no sólo a los niños, sino también a los padres.

Un elemento que puede ayudar, por ejemplo, es la presencia de ruedas, que permiten trasladar la cuna de una habitación a otra con el mínimo esfuerzo, pero lo ideal, sin embargo, es que sean ruedas con un dispositivo de bloqueo, para que la estructura sea estable y no gire una vez que la cuna esté montada y dispuesta.

Otro accesorio útil y práctico que viene con muchos modelos de cuna de viaje es la bolsa de transporte, en la que podemos introducir la cuna cerrada para luego trasladarla y llevarla con nosotros más fácilmente.

Se recomienda prestar atención a la parte inferior de la cama, que debe ser lo suficientemente rígida para garantizar un buen apoyo, pero al mismo tiempo con un buen acolchado, que no la haga dura e incómoda.

Muy útil es también la presencia de paneles laterales de malla, que por un lado garantizan una buena ventilación en el interior de la cuna, mientras que por otro permiten a los padres controlar a su pequeño en todo momento, sin tener que levantarse.

La malla debe ser lo suficientemente gruesa como para evitar que los dedos de los niños, o posiblemente los chupetes o las cadenas, queden atrapados en ella.

Además, algunos modelos están equipados con una abertura lateral con cremallera, que no será muy útil durante los primeros meses de vida del niño, pero que será muy importante cuando el niño sea un poco más mayor, pueda caminar y se quiera fomentar su autonomía.

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De hecho, este tipo de ventanilla le permitirá entrar y salir de la cuna de forma totalmente independiente, sin correr el riesgo de trepar por los laterales. Es, por tanto, un valor añadido que, si está presente desde el principio, podría evitar una doble compra posterior.

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Muchas cunas de viaje también permiten fijar el colchón a dos alturas diferentes mediante ganchos o cremalleras. De este modo, la cuna puede utilizarse desde los primeros meses de vida en la posición más alta, permitiendo por un lado coger o acostar al niño con mayor facilidad, y por otro lado utilizar el espacio que queda bajo el colchón como un auténtico contenedor en el que guardar todo aquello que se desee o que pueda ser conveniente tener a mano.

El nivel inferior, sin embargo, será ideal durante los próximos tres o cuatro años, cuando el niño haya crecido y, por tanto, necesite más espacio (como ya se ha señalado, las cunas de viaje suelen estar diseñadas para soportar un máximo de 15-20 kg).

En el mercado también hay modelos que vienen con varios componentes adicionales. En algunas cunas, por ejemplo, el espacio por encima del colchón se utiliza para proporcionar una base a la que fijar un cambiador, que de esta manera se colocará a una altura conveniente para cambiar los pañales.

Estas cunas son ideales para quienes quieren un modelo para llevar de viaje, ya que su estructura permite concentrar en un espacio reducido todo lo necesario no sólo para la siesta, sino también para el cambio de pañales o de la ropa sucia.

También pueden utilizarse, como ya hemos visto, como prácticos contenedores con compartimentos gracias a la presencia de varios niveles o prácticos bolsillos laterales.

Por último, algunas cunas de viaje se adornan con un lazo de juegos al que se cuelgan colgantes y sonajeros de colores, muy útiles para entretener no sólo a los bebés, sino también a los niños un poco más mayores.

¿Son importantes la marca y los materiales?

Las cunas de viaje suelen caracterizarse por un coste bastante bajo y no requieren inversiones especialmente prohibitivas. Los modelos más básicos, que en la mayoría de los casos siguen ofreciendo un nivel suficiente de practicidad y comodidad, tienen un precio que ronda los 40 euros.

Evidentemente, el precio de venta aumenta cuando se quiere comprar un modelo más sofisticado y equipado con accesorios adicionales, que aumentan su funcionalidad.

Como en el caso de muchos otros productos destinados a los más pequeños, entre los fabricantes más conocidos y fiables se encuentran Chicco, Cam, Inglesina, Brevi y Hauck: Son marcas reconocidas que garantizan los controles de seguridad necesarios y la presencia de materiales seguros y de calidad.

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